jueves, 21 de julio de 2011

No sólo de pan vive el hombre… también necesita escribir
Con sinceridad, no podría explicar a satisfacción que extrañas e inmensas palancas mueven cada átomo y cada célula del poeta; para transformarlo en un ser capaz de sentir e interiorizar las vivencias ajenas, sus alegrías y tribulaciones mas hondas como si fueran propias y expresarlas extraordinariamente a través de la poesía. Lo que si puedo decirles, es que  mientras el crepúsculo pincele la esperanza y el mar dibuje nuestros sueños, mientras se escuche el arrullo del rio en la quebrada y cante el jilguero cada mañana, mientras la fe esté colmada de agua pura de manantial y las flores de las retamas alegren los caminos, mientras los poetas y la poesía sigan vivos y versen cantos de esperanzas; entonces, seguiré soñando que aún es posible alcanzar el mañana y un mundo nuevo... más humano.
Por ello, no podía haber sido para mí (seguro también para todos los asistentes) menos que una profunda satisfacción y regocijo, participar de la presentación del libro titulado “CORA: antología de la poesía Coracoreña” el pasado lunes 11 en el auditorio de la Derrama Magisterial, acto cultural que contó con la asistencia de numeroso público comprometido con la cultura, el arte y la poesía. El libro en mención, ha sido editado por el sociólogo y poeta coracoreño Alejandro Melgar Vásquez y tiene como es de suponer la selección de los poemas de poetas y poetisas muchos de ellos ya reconocidos como Diego antero Melgar Vega, Amelia Melgar Vásquez, Zulema Vásquez de la Rosa entre otros. Pero también están los trabajos de poetas jóvenes de muy buena pluma como los de Gerbert Calderón, Inti Bernaola, Waldo Amao, Lilia Pacheco y otros.
Ahora, si por un lado hay que felicitar a Alejandro Melgar, a los antologados y a todos los vates de nuestro país que a pesar del poco reconocimiento siguen empeñados en dedicarnos las melodías más puras de la expresión del alma humana a través de la poesía, por otro lado, es indispensable también preocuparnos por cómo la globalización y el avance tecnológico han relegado a la poesía y a la literatura a un simple hobby, por cómo los jóvenes estudiantes ganados por el consumismo asumen que no tiene sentido crear literatura, en fin, preocuparnos también porque nosotros los profesores tampoco casi nada estamos haciendo con nuestros estudiantes para despertarles el gusto por la creación literaria como una forma superior de comunicarse y expresar sus deseos y sentimientos.
Como dicta el titulo del presente artículo, estoy convencido que “no sólo de pan vive el hombre… también necesita escribir”, necesita escribir poesía, narrativa, ensayo etc. para manifestar sus motivaciones y anhelos en un espacio y momento histórico, para descubrirse en toda su dimensión, para hacerse más fraterno con su especie, pero sobre todo para hacerse mas humano; Entonces, tal vez hoy más que ayer, sea un imperativo asumir sobre todos los maestros, la gran tarea que nos conduzca a forjar en nuestros estudiantes, nuevos hombres liberados del pragmatismo y el individualismo insensible que carcome sus conciencias.

martes, 5 de julio de 2011

¡Feliz día, Maestro Peruano!

Nuestros antepasados incas los llamaron amauta, a inicios de la vida republicana preceptor, hoy (con arreglo a norma) profesor aunque los estudiantes y la sociedad prefieren  profe, teacher o miss. En fin, salvando el tiempo y las formas, nos estamos refiriendo a la misma persona, es decir, al profesional, al maestro como ninguno, cuya riqueza espiritual y gratitud de los hijos del pueblo compensa el olvido y la pobreza material al que injustamente se le ha destinado.
El 6 de julio[1] así como cada año se celebra el “Día del Maestro” fecha que nos permite recordar a insignes maestros como José Antonio Encinas quien fue y es aún poco estudiado  a pesar de su pionero e innovador trabajo pedagógico en el Perú, considero por la intolerancia oficial a la probidad y la inteligencia sobre todo de un humilde maestro y director de escuela rural que llegó a ser autoridad de la UNMSM. En este mismo sentido, esta fecha también nos debe permitir recordar y homenajear a cada uno de los maestros de hoy, que día a día en la sierra, selva o costa del Perú cumplen con la sacrificada labor de formar el conocimiento y la conciencia de la niñez y la juventud de nuestra sociedad.
Es cierto, los tiempos han cambiado los retos son distintos pero en el fondo siguen siendo los mismos y el magisterio peruano tiene compromisos históricos sociales ineludibles como:
ü  La reafirmación de nuestra condición de ser mentores y guías de futuros ciudadanos libres y conscientes con su responsabilidad de construir una sociedad más justa.
ü  El compromiso de participar al lado del pueblo en la concreción de sus ideales, aspiraciones y justas reivindicaciones.
ü  El compromiso de cambio y superación profesional permanente, que permita mejorar nuestra práctica pedagógica y garantice un proceso real de transformación o revolución educativa.
Finalmente, que este ¡Feliz Día, Maestro! signifique no solo un día de saludos, recuerdos y alabanzas con grados de hipocresía por parte de la sociedad y el gobierno. Sino sobre todo de un real compromiso con atender la deuda histórica que tienen con los maestros del Perú.

[1] Este día en 1822 don José de San Martín, por Decreto Supremo, creó la primera Escuela Normal de Preceptores, fecha que posteriormente dio lugar a la celebración del Día del Maestro