lunes, 16 de enero de 2012

Recordando a José María Arguedas


Las polémicas denigrantes y discriminatorias recientes declaraciones de una desubicada ciudadana chilena de nombre Inés Pérez Concha al referirse a las trabajadoras del hogar y obreros de su país, si bien, por un lado muestran que lamentablemente en Chile como en muchos países del mundo,[1] aún falta mucho por comprender y aceptar la igualdad de los hombres por encima de las diferencias étnicas, económicas y sociales. Por otro lado, nos recuerda también, la incansable labor del gran maestro Arguedas por desterrar estos prejuicios discriminatorios.
Por ello, al conmemorarse este miércoles 18 de enero un aniversario más del nacimiento de José María Arguedas, seguro muchos peruanos orgullosos herederos de una nación milenaria fusionada en el devenir de la historia con varias razas hispano europeas, asiáticas y africanas hasta configurar la esencia del mestizaje, raíz de la peruanidad actual; asumiremos que somos un pais mestizo y que las diferencias y discriminaciones entre compatriotas no tienen sentido desde ningún punto de vista. Así lo entendemos y reconocen muchos como Mario Vargas Llosa, quien en su discurso al recibir el premio Nobel dijo, “Un compatriota mio, José María Arguedas, llamó al Perú el país de todas las sangres. No creo que haya fórmula que lo defina mejor. Eso somos y eso llevamos dentro los peruanos, nos guste o no: una suma de tradiciones, razas, creencias y culturas procedentes de los cuatro puntos cardinales”.
Sin embargo, el pensamiento y la propuesta de nuestro tayta[2] Arguedas va mucho más allá. En primer lugar, parte básicamente de dar a conocer al mundo andino desde sus entrañas, la idiosincrasia del indio, la fuerza de sus creencias, sentimientos y de apoyo al prójimo, la riqueza y expresividad de su folklore y costumbres, magistralmente expresados en obras insuperables como “Agua”, “Todas las sangres” y “Los ríos profundos”. Y en segundo lugar, plantea la visión de un ser humano sojuzgado e incomprendido por el mundo occidental, describiendo sus tribulaciones y latentes resentimientos, así como también avizorando sus dificultades y posibilidades de incorporación a modelos culturales occidentales e industrializados en obras como “El zorro de arriba y el zorro de abajo” y en los múltiples ensayos que escribió.
Con seguridad, sus aportes antropológicos y sociológicos a la cultura peruana, así como el estudio y entendimiento de sus obras, seguirán siendo motivo de reconocimientos, seguro también, no faltarán personas sectarias incapaces de comprender la cultura andina (como Julio Cortázar) quienes cuestionen y desconozcan su valor y vigencia; con todoa los peruanos de todas las sangres nos corresponde celebrar este centésimo primer aniversario de su nacimiento, y reconocer el legado de un peruano ejemplar de extraordinaria sensibilidad quien olvidándose del color de su piel (blanca) sintió y trató al indio como a su hermano (actitud largamente distinta al de la señora Inés Pérez). Por lo que, su pensamiento y ejemplo nos debe llevar a emularlo y asumir que somos parte de una sola nación, donde nuestra historia y diversidad antes de separarnos nos enriquece y une más.

[1] Aunque un grupo de activistas chilenos planean salir a la calle a expresar su descontento y rechazo frente a sus declaraciones.
[2] Término quechua cuya connotación es “padre superior, el más experimentado, el que más sabe”. Consideración y respeto con que hasta hoy se refieran a Arguedas los hombres del ande.

lunes, 2 de enero de 2012

INICIANDO EL NUEVO AÑO

En todas las latitudes y estados del planeta estamos iniciando un nuevo año,  y de acuerdo al D.S. Nº 101-2011-PCM en el Perú se denomina "Año de la Integración Nacional y el Reconocimiento de Nuestra Diversidad". Probablemente además de que la frase debe ser consignada en todos los documentos formales durante todo el 2012, busque también a través de políticas y acciones la reducción de la desigualdad, la reconciliación nacional, un mayor diálogo del gobierno con la sociedad, así como el respeto y promoción de nuestra diversidad, si queremos realmente una mejor y mayor integración de la sociedad peruana.
En lo personal, seguro que el nuevo año se nos presenta como una oportunidad más, para reformular y seguir bregando por lograr nuestros objetivos en el hogar, el trabajo o en nuestras convicciones y compromisos por buscar juntos una nueva sociedad, un mundo más humano. El trajinar no será fácil, nunca los grandes logros han sido fáciles, siempre conllevan tropiezos y dificultades que pueden desanimar nuestro largo andar. Pero las personas que tienen claro su horizonte y sus intereses son más comunes que personales sólo se detienen para ver si hay que ayudar al compañero, al colega o al hermano que como todos también busca con justo derecho avanzar y ser mejor cada día.
Por ello,  esperamos que este año signifique cambios y mejoras cualitativas y cuantitativas para todos, para los ancianos y niños, para las madres pobres, para los estudiantes y docentes, para la educación en general pues si ella mejora, cambiará todo. No olvidemos que  los sueños muchas veces se convierten en realidades, todo depende de cuanto luchemos por ellos, pero también depende de la sinceridad y transparencia de nuestras intenciones que pasan por desterrar el egoísmo, esa lacra que tantos males provocan y que las reflexiones de estos días ojalá nos lleven a la decisión de despojarnos para siempre de el, y comenzar un verdadero proceso de crecimiento personal que coadyuve en la forja del nuevo hombre garantía y afianzamiento de la frase que señala la denominación de este año y no sólo sea un cliché mecánicamente repetido.