Allá por el año 1950 el escritor Sebastián Salazar Bondy entonces columnista del diario «La Prensa», escribió un artículo en el cual levantaba su voz de protesta contra la poca importancia que se le daba a la difusión del idioma Quechua, frente a esto el general Manuel Odría entonces presidente de la República respondió e instó al director del mismo diario a trabajar en la difusión del idioma.
Este hecho, fue el inicio de la revaloración del quechua en el Perú republicano, luego cuando presidente el general Juan Velasco Alvarado en mayo de 1975 se le reconoció como idioma oficial y un año después se declaraba la obligatoriedad de su enseñanza en todos los niveles de educación del país.
Si bien la mencionada oficialización del quechua fue un acto político cuya finalidad primordial fue la integración de todos los individuos a la vida nacional y al fortalecimiento de la identidad y conciencia nacional, podemos decir sin temor a equivocarnos que para muchos, especialmente para cierto grupo social, el quechua es visto con ojo de desprecio a pesar de ser el idioma oficial de nuestros antepasados y actualmente la segunda lengua más hablada en el Perú. Sin embargo felizmente tenemos un bastión importante de colegas docentes preocupados porque nuestro idioma se entienda y practique desde las mismas aulas y de a poco forme parte de nuestra expresión cotidiana y de nuestra identidad hasta sentirnos como Arguedas “peruanos orgullosos que como demonios felices hablamos en cristiano y en indio, en español y en quechua”
Es tal vez con este noble y justo propósito que Vicente y Raúl (docentes parinacochanos), nos ofrecen el presente manual titulado “Promoviendo el aprendizaje de la lengua Quechua – Chanca”, texto dividido en dos partes, en cuya primera parte encontraremos y aprenderemos los elementos gramaticales del idioma y en la segunda parte a partir de cuentos, canciones y poemas escritos en quechua se plantean ejercicios de análisis y comprensión lectora.
Ahora bien, cuando uno se topa con textos como el presentado, lo primero que se pregunta es por el dialecto empleado como objeto de enseñanza y aprendizaje. En el caso presente, los autores eligieron la variedad del quechua sureño llamado Ayacucho – Chanca, que es la que domina la región a la cual pertenecemos, claro está, sin desmerecer las otras variedades como el quechua cusqueño.
Debe asumirse también que el texto, como lo dan a entender sus mismos autores, tiene el propósito de que tanto el profesor y el alumno coracoreño, ayacuchano y no sólo andino sino también peruano, asuman y practiquen el idioma quechua como segunda lengua, como parte de nuestro legado histórico y como posibilidad de unirnos mejor en la diversidad lingüística y cultural, por ello nos plantean que primero tenemos que familiarizarnos en el manejo de sus estructuras básicas.
Finalmente, expresar a los autores mi agradecimiento por la honrosa oportunidad de prologar su libro, asi como mi reconocimiento y profunda satisfacción por el trabajo realizado, estoy seguro que promoviendo el aprendizaje de la lengua Quechua - Chanca a partir de la lectura y la práctica del presente, habremos hecho mucho por nuestra identidad lingüística y cultural.