Hace 193 años, un 28 de julio de 1821 el cielo de los andes del Perú
amaneció con el sol radiante de los incas, mientras que en Lima una inquieta,
mestiza y abigarrada multitud llenaba la plaza mayor y sobre un histórico
estrato frente al viejo palacio de Pizarro y frente a un pueblo con fervor
libertario se lanzó a los 4 vientos las sagradas frases de independencia
proclamada por el General José de San Martin que todos conocemos.
El motivo de tanta algarabía no era para menos, pues luego de casi 300
años de cruenta y valerosa lucha contra la dominación española por fin la
libertad anhelada se hacía una hermosa realidad, era el inicio del fin del yugo
español y que 3 años después se sellaría con la batalla de Ayacucho dando por
culminado por fin el oprobio colonial.
Por ello, todos los ciudadanos conscientes y fundamentalmente los
maestros de escuela, debemos asumir el compromiso de hacer que las nuevas
generaciones, conozcan la verdadera historia sobre la etapa de dominación y la
lucha por la por la emancipación que nos tocó vivir; ellos deben saber, que
hace quinientos años, una cultura ajena a la nuestra llegó no a conquistarnos, sino
a invadirnos y saquear vilmente toda nuestra riqueza, y no contentos con eso destrozaron
el gran Tahuantinsuyo del ayni y la
minka, que hablaba el runa simi,
y donde por mandato y en cumplimiento de las leyes nadie era “llulla" (mentiroso), "sua" (ladrón), o "quilla" (ocioso).
Por eso, ahora que recordamos y
festejamos un aniversario más de nuestra independencia, nos preguntamos ¿cuál
es el mensaje que podríamos dar?, consideramos la respuesta en una sola palabra
LIBERTAD. Libertad porque Manco Inca
apenas 4 años después de la llegada de los españoles se rebeló en busca de
libertad, porque el Taki Onqoy[1]
clamaba libertad de creer y de pensar desde nuestra cultura, porque Túpac Amaru
II y todos los próceres y héroes de la
independencia lucharon y entregaron sus
vidas por la libertad; en fin, porque mientras la libertad no se sienta y se
exprese cabalmente, los hombres nunca renunciaremos a la dignidad de ser libres
para forjar nuestro propio destino.
Entonces, esta fecha debe servir no sólo para abrazos, felicitaciones, vítores
o inusitadas reminiscencias coloniales, debe servir también para reflexionar
juntos y meditar profundamente sobre las razones por la que después de 193 años
de independencia, muchos no podemos recordar y festejar con la misma emoción y
regocijo esta fecha patriótica, con seguridad, debido a que en la cotidianidad
de nuestras vidas sentimos en carne propia el olvido, el egoísmo, el abuso y la
iniquidad que nace de la mano de nuestros propios hermanos y que en tantos años
como REPUBLICA no hemos podido desterrar. Ahora bien, frente a esta realidad,
no podemos negar que, mientras continuemos en este estado de cosas el MENSAJE de
este y los próximos aniversarios de independencia seguirá siendo LIBERTAD, aun sabiendo que el camino
por conseguirla sea largo.
Por lo tanto, no podemos soslayar la necesidad histórica de buscar y
luchar juntos por una nueva y completa independencia económica, social y
cultural con justicia, LIBERTAD e igualdad de oportunidad para todos, siendo
que para ello necesitamos mejores estudiantes, profesionales más competentes y
capacitados, ciudadanos más involucrados con el cambio y la trasformación que
buscamos, autoridades honestas que estén al servicio real de su pueblo, y por
supuesto ahora más que ayer
necesitamos el taky onqoy, necesitamos nuevos precursores y héroes entregados a la patria
y la justicia de su causa que sus mejores hombres defienden. Sólo así, se puede construir realmente una patria para
todos y sólo de esta manera la frase ¡viva la independencia! alcanzará
su verdadera connotación y real sentido.
Ergo:
¡VIVA LA LIBERTAD! …. ¡VIVA LA INDEPENDENCIA!.
[1] Movimiento político religioso de resistencia a la imposición “evangelizadora” occidental que surgió aproximadamente en 1560 en el Kontisuyo y se expandió por el cuzco, Lima, Arequipa y la Paz
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